miércoles, abril 11, 2018

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Tu nombre más celestial que la pachamama
Tu nombre se antojaba celestial cuando tus pies parecían más pegados a la pachamama.
Nuestro encuentro querida Almita, angelita de la guarda, dulce compañía, fue a pesar tuyo, mío, de las diosas y las ancestras.
Fue karmático, lo advirtió la astróloga.
De pura voluntad, ánimo y deseo a pesar de tan distintas concepciones sobre el amor.
Con cualquier otra, fiel creyente de la fidelidad, te hubiera ido mejor.
Me sentí la peor de todas porque creí que no te merecías tal vileza de la vida.
Pero pese mi advertencia, apostaste a quedarte y gozar de la adrenalina.
No aguantas nada corazón, si es cierto que mentí.
Fue miedo a perderte.
Soñaba y jugaba que me aceptaras amándote, no solo a ti y únicamente a ti.
Intenté que compartieras mi lógica, una pareja sólida estable, de vida, con libertad y sin apegos.
Los celos te ganaron la partida y también me la ganaron porque asumí con culpa mi falta y no defendí con vehemencia que los celos son responsabilidad de quién los siente.
Me bajo del tren dijiste, pero nunca bajaste del todo, tampoco lo permití.
Ninguna quería, y estuvimos viéndonos y tocándonos a través de la ventana.
El amor se hacía impositivo, el deber o la nada y cuando me elegí a mí misma, no podía ser todo para ti, entonces fue la nada, total y absoluta.
No creí que tu despedida fuera en serio.
No me permitieron ver tu cuerpo, ni estar en el último adiós.
No pude ni salvar tu intimidad de la voracidad familiar.
Lo más doloroso fue saber que tu partida no fue decisión tuya, sino de tu familia.
Conmiseración eutanásica.
Pero lo más doloroso, fue no saber que dolías tanto, que la soledad te abrumaba, pero no me permitiste cerca, únicamente porque me sabías acompañada.
También pude acompañarte Almita, también pude besar tus labios y tu cuerpo adolorido, expresándote cuánto te amo.
Perversos juegos de la vida.
Digerir tu partida ha sabido a culpa, arrepentimiento, reflexión y aprendizaje.
Aún quisiera vislumbraras más caminos entre el todo y la nada, donde la libertad cabe sin dolor.

Publicado 8th January 2013 por Norma Mogrovejo
en http://normamogrovejo.blogspot.com/2013/01/tu-nombre-mas-celestial-que-la-pachamama.html

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